En un entorno empresarial cada vez más desafiante, contar con herramientas que nos ayuden a entender las fuerzas del mercado es crucial. Las 5 fuerzas de Michael Porter nos permiten estructurar el análisis competitivo de manera precisa, ayudándonos a enfocar la vigilancia e inteligencia competitiva donde más impacto tiene.
En esta publicación, profundizaremos en cómo combinar las fuerzas de Porter con la vigilancia e inteligencia competitiva para asegurar que siempre estemos un paso adelante.
Fue Michael Porter, de la Universidad de Harvard, el que identifico cinco factores determinantes de la competitividad de las empresas: nuevos entrantes, clientes, proveedores, competidores y productos sustitutivos.
Atendiendo a las fuerzas competitivas de Porter es posible identificar cuatro tipos de vigilancia
Para que las personas responsables puedan tomar las decisiones más correctas para la organización, deben de disponer de información sobre el estado y la evolución de dichas fuerzas, y cómo pueden afectar a la organización a corto y medio plazo, convirtiendo esas amenazas en oportunidades.
- Vigilancia Comercial: recopila y analiza información sobre productos, mercados, clientes y proveedores (evolución de mercado, nuevos mercados, evolución de las necesidades de los clientes, solvencia de los clientes, nuevos productos ofrecidos por los proveedores…)
- Vigilancia Tecnológica: recopila y analiza información sobre las tecnologías actuales y futuras, capaces de intervenir en nuevos productos, servicios o procesos de la organización.
- Vigilancia del Entorno: recopila y analiza información sobre hechos externos que pueden afectar o condicionar a la organización, como la legislación, reglamentaciones, normas, política, el medio ambiente, etc.
- Vigilancia Competitiva: recopila y analiza información sobre los competidores actuales y los potenciales (política de inversiones, entrada en nuevas actividades, técnicas de ventas y de distribución, política de comunicación)
Al combinar los diferentes tipos de vigilancia, las empresas logran una comprensión más holística y detallada de su entorno competitivo, permitiendo a las empresas tomar decisiones más informadas y estratégicas, basadas en datos sólidos y una lectura precisa del entorno.
Cada tipo de vigilancia aporta información valiosa desde distintas perspectivas, lo que permite a las organizaciones no solo reaccionar ante los cambios, sino anticiparse a ellos. Esta capacidad de prever movimientos y transformaciones es crucial para mantener una ventaja competitiva y prosperar en un mercado dinámico.