Desde hace un año aproximadamente, en InTool vigilamos el concepto de innovación aumentada. Durante este año hemos participado en algunos webinars y talleres, y en junio tuvimos la oportunidad de asistir a una formación sobre innovación aumentada, organizada por Innobasque, impartida por David Alayón, CEO y cofundador de Innuba, experto en innovación, prospectiva estratégica y tecnologías disruptivas.

Durante la formación —estructurada en tres sesiones intensivas— no solo exploramos el concepto de innovación aumentada, sino que cada encuentro nos invitó a reflexionar sobre cómo la IA puede transformar la forma en la que innovamos, creamos y tomamos decisiones.

David explicaba cómo este proceso consiste en integrar la Inteligencia Artificial Generativa en los procesos de innovación para automatizar tareas de poco valor añadido, elevar la calidad de las tareas más estratégicas o creativas y aumentar la productividad.

Pero más allá de la tecnología, el verdadero foco de la innovación aumentada está en las personas.

Nos habla de un nuevo equilibrio entre lo humano y lo tecnológico. Porque, aunque la IA puede analizar, redactar, proponer o incluso anticipar, no puede interpretar, validar ni decidir con criterio humano.

Las máquinas nos ayudan a llegar más rápido, pero somos nosotros quienes debemos decidir hacia dónde queremos ir.

La innovación aumentada representa precisamente eso: un modelo donde la tecnología no sustituye, sino que acompaña. Donde la IA se convierte en una herramienta para liberar tiempo, reducir fricción y permitir que las personas nos concentremos en lo que realmente genera valor: pensar, crear, conectar e innovar con propósito.

En este nuevo paradigma, la tecnología multiplica nuestras capacidades, pero el centro debe seguir siendo el ser humano.

Porque, aunque la tecnología ayuda a acelerar, el conocimiento solo avanza cuando una persona lo interpreta, lo cuestiona y lo hace propio.

En definitiva, la innovación aumentada no trata de reemplazar lo humano, sino de amplificar lo mejor de nosotros.

Quizás la pregunta que deberíamos hacernos no es si la IA puede innovar, sino cómo podemos innovar mejor con ella.

Y tú, ¿Cómo estás integrando la inteligencia artificial en tus procesos de innovación?